sábado, 27 de noviembre de 2010

¿Qué puedes hacer tú?






Había que hacer un trabajo muy importante y “Cada uno” estaba seguro de que “Alguien” lo haría.

“Cualquiera” pudo haberlo hecho, pero “Ninguno” lo hizo. “Alguien” se disgustó por eso, ya que el trabajo era de
“Cada uno”.

“Cada uno” pensó que “Cualquiera” podría hacerlo, pero “Ninguno” se dio cuenta de que “Cada uno” lo haría.

En conclusión, “Cada uno” culpó a “Alguien” cuando “Ninguno” hizo lo que “Cualquiera” podría haber hecho.

(Anónimo)

sábado, 13 de noviembre de 2010

En la línea de Carlos Edmundo de Ory


Es triste pero la muerte, de nuevo aviva, nos hace presente, rescata del olvido a una persona, a un poeta, Carlos Edmundo de Ory.

Muere el poeta...

Como él mismo dijo a raíz de la publicación de su antología Música de lobo (2003), su obra tiene dos temas principales:

"Lo único que me fascina es el amor y el dolor. Como hombre, he de decir que todo se resume en eso, en el amor a los seres humanos afines, a la naturaleza, a la música, a la poesía; y en el dolor de la visión que revelan los versos de Alfonsina Storni*: «Muchedumbre de color, / millones de circuncisos, / casas de cincuenta pisos / y dolor, dolor, dolor...». Porque van pasando los años y cuando se llega a mi edad se lleva con gran peso una cartilla cada vez más amplia de muertos muy queridos. "

*Los versos que cita son de Rubén Darío


Olor de amor

Hueles de una manera diferente.
Amar es una forma de olor. El cuerpo impone
su presencia de aroma que subleva
esa selva, ese bosque
que somos.
No te veo.
No llego a tu contacto. Llegan flores
raras, deshechas, invisibles.
Certidumbre de ti en medio de la noche.

Un salvaje rosal es tu olor. Una
paloma es, y su vuelo recorre
hasta mí el aire. Una
profunda cabellera esparcida en el borde
de mi memoria.

Tu enredado aroma
entre mis dedos algo tuyo esconde.
Hasta mi llegas cada día hecha
olor enmarañado de azucenas y áloes.

Trasminas existencias. Te declaras
realidad amorosa que responde
a mi busca. Llamada
que su contestación en mi recoge.

Rastro exhalado, huella
reconocible, evanescente torre
de olorosa verdad. Humano aroma
de mujer junto al hombre.

Amar es una forma de olor. Llegas
fragante. Llego. Nos acoge
la onda que huele a vida enamorada,
a claveles que en dos bocas se rompen

jueves, 4 de noviembre de 2010

Come, reza, ama


Come, reza, ama de Elizabeth Gilbert, Punto de Lectura,Santillana, 2010.

Un libro en el que su autora nos invita a acompañarla por el recuerdo del viaje que realizó durante un año, dividido en tres partes, por Italia, India, Indonesia. A través de 108 “cuentos”, guiño a los 108 abalorios del japa mala tradicional, también juega con el número tres que simboliza el supremo equilibrio, nos habla de su año de introspección, sus búsquedas y aprendizajes. La protagonista se cuestiona su situación después de un divorcio, necesita encontrarse y decide viajar guiada por la predicción que le hicieron en un viaje a Bali.
Es un libro entretenido, donde curioseamos por los países mencionados y, a la vez, nos planteamos reflexiones sobre la naturaleza humana y la necesidad de tener contentos a nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Para seguir en mi línea, prefiero no desvelar nada más y que cada uno sienta y piense, a su manera, con su lectura. Confieso que me movía la curiosidad de saber qué papel jugaba el personaje representado por Bardem en la película, aunque este actor “no es santo de mi devoción”, esto me ha obligado a llegar hasta el final.
“A lo largo de la historia las dos preguntas que han traído de cabeza a la humanidad son éstas: ¿Cuánto me quieres? Y ¿Quién manda aquí?” p. 239
“Zampa, tienes que aprender a seleccionar tus pensamientos, igual que eliges la ropa que te vas a poner todos los días (…) Si quieres controlar tu vida, tienes que controlar tu mente” p 270
O como dijo el filósofo Sexto el Pitagórico: “El hombre sabio siempre se parece a sí mismo” p.291
“Según los indios hopi, todas las religiones del mundo tienen un hilo espiritual y estos hilos se persiguen entre sí incasablemente, buscando la unión” p. 314
“Cuando adquiere uso de razón, el niño aprende que tiene cuatro hermanos que lo acompañarán vaya donde vaya, cuidándolo siempre. Los cuatro hermanos habitan en las cuatro virtudes necesarias para halla la serenidad y la felicidad: inteligencia, amistad, fuerza y poesía” p.375
“Pero en la silenciosa penumbra de aquella playa mi corazón le dijo a mi mente: “Te quiero. Jamás te abandonaré. Siempre cuidaré de ti” p.488

lunes, 1 de noviembre de 2010