jueves, 4 de noviembre de 2010

Come, reza, ama


Come, reza, ama de Elizabeth Gilbert, Punto de Lectura,Santillana, 2010.

Un libro en el que su autora nos invita a acompañarla por el recuerdo del viaje que realizó durante un año, dividido en tres partes, por Italia, India, Indonesia. A través de 108 “cuentos”, guiño a los 108 abalorios del japa mala tradicional, también juega con el número tres que simboliza el supremo equilibrio, nos habla de su año de introspección, sus búsquedas y aprendizajes. La protagonista se cuestiona su situación después de un divorcio, necesita encontrarse y decide viajar guiada por la predicción que le hicieron en un viaje a Bali.
Es un libro entretenido, donde curioseamos por los países mencionados y, a la vez, nos planteamos reflexiones sobre la naturaleza humana y la necesidad de tener contentos a nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Para seguir en mi línea, prefiero no desvelar nada más y que cada uno sienta y piense, a su manera, con su lectura. Confieso que me movía la curiosidad de saber qué papel jugaba el personaje representado por Bardem en la película, aunque este actor “no es santo de mi devoción”, esto me ha obligado a llegar hasta el final.
“A lo largo de la historia las dos preguntas que han traído de cabeza a la humanidad son éstas: ¿Cuánto me quieres? Y ¿Quién manda aquí?” p. 239
“Zampa, tienes que aprender a seleccionar tus pensamientos, igual que eliges la ropa que te vas a poner todos los días (…) Si quieres controlar tu vida, tienes que controlar tu mente” p 270
O como dijo el filósofo Sexto el Pitagórico: “El hombre sabio siempre se parece a sí mismo” p.291
“Según los indios hopi, todas las religiones del mundo tienen un hilo espiritual y estos hilos se persiguen entre sí incasablemente, buscando la unión” p. 314
“Cuando adquiere uso de razón, el niño aprende que tiene cuatro hermanos que lo acompañarán vaya donde vaya, cuidándolo siempre. Los cuatro hermanos habitan en las cuatro virtudes necesarias para halla la serenidad y la felicidad: inteligencia, amistad, fuerza y poesía” p.375
“Pero en la silenciosa penumbra de aquella playa mi corazón le dijo a mi mente: “Te quiero. Jamás te abandonaré. Siempre cuidaré de ti” p.488

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